Disciples Together on the Way w/ Bishop Boyea | Week 4 | January 30 to February 5 | Asceticism | Fasting

January 28, 2022
Feast of Saint Thomas Aquinas

My sisters and brothers in the Lord,

Welcome to Week Four of Disciples Together on the Way. I hope you enjoyed the first three on the theme of Praise. What a great starting point. As the Catechism of the Catholic Church states: Praise embraces the other forms of prayer and carries them toward him who is its source and goal: the "one God, the Father, from whom are all things and for whom we exist." Amen. And, so, now to our next theme. For the next four weeks, our discipleship challenges will emphasize self-denial or, as it is often called, asceticism. 

Okay. Let’s get straight to it. This week’s challenge is to fast from something each and every day except Sunday. For example, fast from unnecessary mobile phone use; or time spent on social media; or watching TV; or alcohol; or desserts. In short: Think of something you’d really hate to go without…and then go without it. So, take a moment in prayer today or tomorrow to ask God what it is you should give up this week.  

In addition, this coming Friday we will also fast from our normal amount of food. That means eating only one full meal with the other two meals reduced to something like snacks. 

Now if you’re anything like me, you probably don’t like fasting. Yet Jesus fasted. There’s also a long tradition in the Church of fasting throughout Lent and on other penitential days, such as Fridays. So as disciples of Jesus, it’s important that we not ignore either fasting or, more generally, asceticism. And I think we will even see that, when we embrace more self-denial in our life, we will find that life becomes more meaningful as we become less dependent on comfort and pleasure, more attentive to the Holy Spirit, and ultimately, more free to give and receive love.

Why should that be the case? To understand the need for fasting better, let’s turn to the Catechism of the Catholic Church. The Catechism tells us that Jesus calls all of us to conversion and penance. This is not just an initial conversion to the Gospel, as important as that is, but it is a lifelong task! A daily conversion. What Jesus is truly seeking from us is an interior conversion of the heart, where our life is completely reoriented toward God and to the Gospel.The Catechism says that this interior conversion primarily consists of three things: fasting, prayer, and almsgiving. The 5th century Italian saint, Saint Peter Chrysologus, beautifully explains this. He says: “Fasting is the soul of prayer, almsgiving is the lifeblood of fasting. Let no one try to separate them; they cannot be separated. If you have only one of them or not all together, you have nothing.” End quote. Enough said. 

So, if we are truly to be disciples of Christ, we must not neglect any of these three. Dare I suggest that — particularly in our modern world of comfort, distraction, and abundance — that we too often neglect fasting? Could this neglect of fasting and asceticism be limiting our discipleship? 

So, over the next week, let’s start to rediscover the importance of fasting in our lives. In our personal prayer each day, let’s consider ways that we can embrace fasting not just this week, but in our daily lives. Here are a few ideas. Did you know that every Friday of the year is an obligatory day of penance for all Catholics? While not required in the United States, many Catholics continue to embrace the traditional practice of abstaining from meat. The US bishops have also recommended treating Friday as a mini-Lent, making it a day of fasting and abstinence.   Not only can fasting help make our spiritual life more focused and prayerful, it also makes each Sunday that much more celebratory. 

So, to recap: This week’s challenge is to fast from something each and every day except Sunday and on Friday we’ll also fast from our normal amount of food. 

Next week, we’ll continue our theme of asceticism and I’ll be back with another challenge.  Until then, may God bless you throughout this coming week, in the name of the Father and the Son and the Holy Spirit. Amen. 

Yours in Christ,

+ Earl Boyea
Bishop of Lansing 

 

En Español

Mis hermanos y hermanas en el Señor,

Bienvenidos a la Semana Cuatro de Discípulos Juntos en el Camino. Espero que hayan disfrutado las primeras tres con el tema de la Alabanza. Es un gran punto de partida. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica: La alabanza abarca las demás formas de oración y las lleva hacia quién es la fuente y el objetivo: "un solo Dios, el Padre, de quién todo procede, y para quién somos nosotros." Amen. Entonces, ahora, a nuestro siguiente tema. Durante las siguientes cuatro semanas, nuestros desafíos de discipulado van a enfatizar  la negación de uno mismo o, como suele ser llamado, ascetismo.   

Bien. Vayamos directo al grano. El reto de esta semana es ayunar de algo cada día excepto el Domingo. Por ejemplo, ayuna del uso innecesario del móvil; o de tiempo pasado en los medios; o viendo TV; o alcohol; o postres. En pocas palabras: Piensa en algo que odiarías no tener … y luego  proponte no tenerlo. Para esto, toma un tiempo en oración hoy o mañana para preguntarle a Dios qué es eso que deberías de renunciar esta semana.  

Además, este vienes que viene vamos a ayunar de nuestra cantidad normal de alimento. Esto significa comer solamente una comida completa, con las otras dos  reducidas a algo como un bocadillo.

Ahora, si tú eres como yo, probablemente no te guste ayunar. Sin embargo, Jesús ayunó. También hay una larga tradición en la Iglesia de ayunar durante la cuaresma y en otros días penitenciales, como los viernes. Así que, como discípulos de Jesús, es importante que no ignoremos el ayuno y de una manera más general el ascetismo. Y pienso que inclusive vamos a ver que, cuándo abracemos más la negación de uno mismo, en  nuestra vida, encontraremos que la vida se hace más significativa al hacernos menos dependientes del confort y el placer, más atentos al Espíritu Santo, y  ultimadamente, más libres para dar y recibir amor.

¿Por qué habría de ser ese el caso? Para entender mejor la necesidad de ayunar, veamos el Catecismo de la Iglesia Católica. El Catecismo nos dice que Jesús nos llama a todos nosotros a la conversión y la penitencia.  ¡Esta no es tan sólo una conversión inicial al Evangelio, que es en sí una tarea muy importante, sino que es una tarea de toda la vida! Una conversión diaria. Lo que Jesús está buscando verdaderamente en nosotros es una conversión interior de corazón, en dónde nuestra vida está completamente reorientada hacia Dios y al Evangelio. El Catecismo dice que esta conversión interior  consiste principalmente en tres cosas: el ayuno, la oración y la limosna. El santo del siglo 5°, San Padre Crisólogo, explica esto hermosamente. Él dice: "El ayuno es el alma de la oración, la limosna es la sangre de vida del ayuno.  Que nadie trate de separarlos; no pueden estar separados. Si tienes sólo uno de ellos o no a todos juntos, no tienes nada." Con esto está dicho todo. 

Entonces, si verdaderamente somos discípulos de Cristo, no hemos de descuidar ninguno de estos tres. ¿Me atrevo a sugerir que — particularmente en nuestro mundo moderno de confort, distracción, y abundancia — muchas veces descuidamos el ayuno? ¿Podría ser que este descuidar el ayuno y el ascetismo esté limitando nuestro discipulado?

Entones, a lo largo de esta semana, comencemos a redescubrir en nuestras vidas la importancia de ayunar.  Cada día, en nuestra oración personal, consideremos maneras en las que podemos integrar el ayuno, no sólo esta semana, sino en nuestras vidas diarias. He aquí algunas ideas. ¿Sabías que cada viernes  del año es un día obligatorio de penitencia  para todos los Católicos? Aunque no es requerido en los Estados Unidos, muchos católicos continúan llevando a cabo la práctica tradicional de abstenerse de la carne. Los obispos de los EU también han recomendado tratar el viernes como una mini cuaresma, haciéndolo un día de ayuno y de abstinencia. El ayuno puede ayudar no sólo para hacer nuestra vida espiritual más enfocada y centrada en la oración, también hace cada domingo mucho más celebrador.

Entonces, en resumen: El reto de esta semana es ayunar de algo todos y cada uno de los días excepto el domingo y el viernes vamos a ayunar también de nuestra cantidad normal de alimento.

La próxima semana, continuaremos con nuestro tema de ascetismo y estaré de regreso con otro reto. Hasta entonces, que Dios los bendiga, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Suyo en Cristo,
+ Earl Boyea
Obispo de Lansing